Xiaomi Corp., el gigante tecnológico chino conocido por su amplia gama de productos que van desde teléfonos inteligentes hasta electrodomésticos, está haciendo un audaz avance en el sector de vehículos eléctricos (EV), con planes de competir con pesos pesados como Tesla Inc. y BYD Co. Pero la estrategia audaz de la compañía tiene un alto costo: Xiaomi está dispuesta a renunciar a las ganancias a corto plazo para asegurar su lugar entre los principales fabricantes de automóviles del mundo en las próximas dos décadas.
El director financiero Alain Lam enfatizó que Xiaomi está priorizando el crecimiento rápido sobre la rentabilidad inmediata para su división de EV, que tiene cinco meses de antigüedad. En una entrevista con Bloomberg Television, Lam, un exbanquero de Credit Suisse, indicó que el enfoque de la compañía está en escalar su negocio de EV, reflejando la filosofía de valor por dinero que ayudó a Xiaomi a alcanzar la prominencia en el mercado global de teléfonos inteligentes.
“Estamos más enfocados en nuestro crecimiento que en la rentabilidad en este momento”, declaró Lam, reconociendo que el negocio de EV de Xiaomi tomará tiempo para detener sus pérdidas. “Creemos que la escala traerá ganancias en el futuro. En este momento, solo tengo un SKU, y está lejos de lo que llamamos rentabilidad. Necesitamos seguir invirtiendo en este negocio.”
Las acciones de Xiaomi subieron hasta un 8.5% tras el anuncio del crecimiento más rápido de ingresos trimestrales desde 2021, marcando una ganancia del 25% desde el lanzamiento de la división de EV en marzo. Este crecimiento ha alimentado el optimismo de los inversores, ofreciendo una validación temprana para el fundador multimillonario de Xiaomi, Lei Jun, quien ha prometido invertir $10 mil millones en la empresa automotriz. Lei imagina a Xiaomi convirtiéndose en uno de los cinco principales fabricantes de automóviles del mundo en un plazo de 15 a 20 años, a pesar de la feroz competencia en el sector de EV.
Sin embargo, este ambicioso objetivo conlleva importantes desafíos financieros. Solo en el segundo trimestre, Xiaomi reportó una pérdida neta ajustada de 1.8 mil millones de yuanes (252 millones de dólares) relacionada con sus vehículos eléctricos inteligentes y otras nuevas iniciativas. Con solo 27,307 vehículos entregados, la compañía perdió aproximadamente 60,000 yuanes (8,400 dólares) por cada automóvil vendido, según cálculos de Bloomberg.
Lei reconoció las dificultades de incursionar en la industria automotriz, pidiendo paciencia mientras Xiaomi navega por su “fase de inversión”. Mientras tanto, el presidente Lu Weibing expresó confianza en que los envíos de vehículos eléctricos se acelerarían en los próximos meses, con pérdidas que disminuirían gradualmente. La compañía ya ha elevado su objetivo de entregas para 2024 a 120,000 vehículos, de 100,000.
Mirando hacia el futuro, Xiaomi está ampliando su gama de vehículos eléctricos para competir mejor con los líderes de la industria, incluyendo planes para introducir un SUV similar al Model Y de Tesla para 2025. La compañía también está aumentando su capacidad de producción, adquiriendo recientemente un sitio en Beijing para apoyar sus ambiciones de crecimiento.
Si bien las ventas de vehículos eléctricos de Xiaomi están actualmente limitadas a China, la compañía tiene aspiraciones globales. Mostró su sedán SU7 durante los Juegos Olímpicos de París y ha insinuado planes para ingresar al mercado europeo, a pesar de posibles obstáculos como los aranceles propuestos por la Comisión Europea sobre los vehículos eléctricos fabricados en China.
“Sí tenemos en mente la expansión global, aunque en este momento estamos tratando de satisfacer toda la demanda de los clientes en China,” concluyó Lam.
La incursión de Xiaomi en el mercado de vehículos eléctricos es, sin duda, una apuesta de alto riesgo. Pero con un historial comprobado de disruptir industrias, la compañía podría convertirse en un competidor formidable en el panorama automotriz global—si puede soportar la turbulencia financiera en el camino.