El hierro podría reemplazar materiales como el níquel y el cobalto utilizados en las baterías de vehículos eléctricos, una solución que permitiría equipos más ecológicos y económicos.
La conclusión es presentada por un estudio de la Universidad Americana de Oregón, ahora publicado por la revista científica Science Advances, que sugiere que el hierro podría ser un componente clave para las futuras baterías de iones de litio, haciéndolas más amigables con el medio ambiente en comparación con el uso actual de níquel y cobalto.
«Al utilizar hierro, cuyo costo puede ser inferior a un dólar por kilogramo, una pequeña fracción del precio del níquel y el cobalto, que son esenciales en las actuales baterías de iones de litio de alta energía, el costo de nuestras baterías es potencialmente mucho más bajo», reveló Xiulei Ji, uno de los autores del estudio, en una declaración.
Según el químico de la Universidad Estatal de Oregón, en unas pocas décadas, la escasez global de níquel y cobalto impactará la producción de baterías, considerando la alta demanda global de estos equipos para la electrificación del sector del transporte.
Con los resultados ahora conocidos, los investigadores esperan desencadenar una «revolución de baterías verdes», comenzando con una solución que pueda «ofrecer una mayor densidad de energía que los materiales de cátodo de última generación en vehículos eléctricos.»
Además, el cobalto es tóxico, lo que significa que puede contaminar ecosistemas y fuentes de agua, señala también el estudio, que anticipa una «demanda global de productos químicos para nuevas baterías más sostenibles».
Una batería almacena energía en forma química, que, a través de reacciones, se convierte en la energía eléctrica necesaria para alimentar vehículos, teléfonos celulares, computadoras y muchos otros dispositivos electrónicos.
Según Xiulei Ji, el hierro, además de ser el elemento más común en la Tierra en términos de masa, es el cuarto elemento más abundante en la corteza terrestre, asegurando la sostenibilidad de su eventual uso en baterías.
A pesar de las ventajas, el investigador dejó claro que es necesario mejorar la eficiencia de almacenamiento, pero si se logra esta evolución, el «resultado será una batería que funcione mucho mejor que las actualmente en uso, costando menos y siendo más amigable con el medio ambiente».
«Si hay inversión en esta tecnología, no pasará mucho tiempo antes de que esté disponible comercialmente,» enfatizó Xiulei Ji, afirmando que «ahora se necesitan visionarios de la industria para asignar recursos a este campo emergente».