El Tribunal de Cuentas Europeo (ECA) advirtió que la prohibición de la venta de nuevos coches de gasolina y diésel a partir de 2035 podría poner en peligro el liderazgo de Europa, debido a la falta de competitividad, especialmente en la fabricación de baterías.
En un informe publicado este lunes, el ECA destaca un posible choque entre el Pacto Verde Europeo y «la soberanía industrial» de la Unión Europea (UE) con el enfoque en vehículos eléctricos.
El ECA encontró que, a pesar del significativo apoyo público, las baterías fabricadas en la UE «siguen teniendo un costo mucho más alto de lo esperado», lo que afecta la competitividad de los coches eléctricos europeos en comparación con otros productores globales, y también podría «hacer que los coches eléctricos europeos sean inasequibles para una gran parte de la población.»
Menos del 10% de la fabricación de baterías a nivel global se encuentra en Europa, destaca el texto, con la gran mayoría producida en China.
El sector de baterías de la UE depende de las importaciones de recursos de países fuera del bloque, con los cuales la UE no tiene acuerdos comerciales adecuados: el 87% del litio crudo proviene de Australia, el 80% del manganeso de Sudáfrica y Gabón, el 68% del cobalto de la República Democrática del Congo, y el 40% del grafito de China, añade el informe de la institución.
El ECA también advierte que la infraestructura de carga de vehículos aún enfrenta muchos obstáculos, tanto por la falta de suministro como por la falta de un método de pago armonizado.