En una rara y sincera entrevista con la revista Time, el expresidente Donald Trump reveló una visión detallada para su posible segundo mandato, delineando una masiva iniciativa de deportación y un enfoque militarizado para el control de la inmigración que ha provocado reacciones intensas. Aunque Trump se mostró evasivo en muchos temas, fue inusitadamente explícito sobre su intención de deportar a millones de inmigrantes indocumentados, señalando un cambio radical en la política de inmigración de EE. UU.
Revisando «Operación Mojado»: La Inspiración de Trump para las Deportaciones Masivas
Trump citó la controvertida “Operación Mojado” de la década de 1950 como modelo para su plan de represión, una iniciativa de la era Eisenhower que supuestamente reunió a más de un millón de ciudadanos mexicanos, aunque los historiadores señalan que esta cifra fue inflada, con muchas personas contadas varias veces. Trump se abstuvo de usar el término despectivo original, pero resonó con sus tácticas, afirmando que su plan podría dirigirse a entre 15 y 20 millones de personas, una cifra significativamente más alta que las estimaciones de fuentes como Pew Research, que sitúa la población indocumentada más cerca de 10.5 millones.
A pesar de carecer de evidencia concreta, Trump también perpetuó la afirmación de que muchos inmigrantes indocumentados son ex-prisioneros o han sido institucionalizados en sus países de origen, una narrativa que CNN ha desmentido, señalando que las tasas de criminalidad violenta en EE. UU. han estado en un constante declive.
Involucramiento Militar y Presión sobre las Fuerzas del Orden Local
Cuando se le preguntó si sus planes involucrarían al ejército, Trump confirmó que activaría la Guardia Nacional y no desestimó la posibilidad de desplegar fuerzas militares directamente. «Estos no son civiles», dijo Trump, etiquetando a los migrantes indocumentados como una “invasión”. Sugerió que las restricciones legales contra la acción militar en suelo estadounidense no se aplicarían a su operación, ya que no considera que los inmigrantes indocumentados estén protegidos por las mismas leyes.
Trump reveló que usaría fondos federales para incentivar a las fuerzas del orden locales a participar en sus amplios esfuerzos de deportación. Cuando se le preguntó qué haría si algunos policías locales se negaban, sugirió que se perderían “las riquezas”—una advertencia velada sobre recortes de fondos por no cumplir.
¿Más «Solo Bromas»? Trump Desvía sobre Declaraciones Controversiales
La conversación de Trump con Time también tocó su historial de comentarios inflamatorios. Desestimó sus declaraciones recientes sobre convertirse en “dictador por un día” como sarcásticas, aunque su defensa de “solo bromeando” es poco probable que consuele a aquellos preocupados por la durabilidad de las normas democráticas en EE. UU. Trump fue poco comprometido en otros temas candentes también, como reclasificar a los empleados federales para expandir el control político, dejando estos detalles poco claros.
El Papel de los Tribunales en la Próxima Batalla
Consciente de los inevitables desafíos legales que enfrentarían sus planes, Trump aseguró que cumpliría con las decisiones de los tribunales federales, aunque no ocultó su esperanza de empujar los límites de la autoridad presidencial en su segundo mandato.
En una entrevista que desnudó las capas de su estrategia, Trump esbozó una visión de deportación masiva y una aplicación respaldada por el ejército que cambiaría la cara de la política de inmigración de EE. UU., preparando el terreno para batallas legales y políticas sobre la extensión del poder ejecutivo en América.