En una acusación dramática y mordaz, los legisladores estadounidenses han declarado que Hong Kong—una ciudad que alguna vez fue celebrada como la joya financiera de Asia—se está transformando rápidamente en un centro global para el crimen financiero. Una vez sinónimo de oportunidad económica e integridad, la ciudad ahora enfrenta acusaciones de albergar redes oscuras que alimentan la evasión de sanciones, el lavado de dinero y el comercio ilícito de tecnologías sensibles.
En una carta bipartidista dirigida a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, los representantes John Moolenaar y Raja Krishnamoorthi hicieron sonar la alarma sobre el supuesto papel de Hong Kong en facilitar actividades ilícitas vinculadas a regímenes autoritarios, incluidos Rusia, Irán, Corea del Norte e incluso su propio benefactor, China. Los legisladores afirman que Hong Kong no solo es cómplice, sino que se ha convertido en una pieza clave en esta red global nefasta.
Entre las sorprendentes acusaciones se encuentran afirmaciones de que Hong Kong ha permitido que su infraestructura financiera y logística ayude en:
- Operaciones de “flota fantasma” que entregan bienes prohibidos a Corea del Norte,
- El establecimiento de empresas fachada para compras de petróleo iraní, y
- La exportación ilegal de tecnologías controladas por Occidente a Rusia, potencialmente alimentando sus ambiciones militares.
Aún más alarmante, los legisladores sugieren que esta actividad representa un cambio deliberado bajo la influencia de Pekín, socavando la reputación alguna vez estelar de Hong Kong como un centro financiero de confianza.
«DE UN FARO DE CONFIANZA A UNA HERRAMIENTA DE TIRANÍA»
Las acusaciones añaden una capa condenatoria a las tensiones en curso entre EE. UU. y Hong Kong, exacerbadas por la controvertida ley de seguridad nacional de China que ya ha provocado sanciones y condenas por parte de naciones occidentales. Este último desarrollo empuja a Hong Kong más cerca de la mira de los responsables de políticas de EE. UU., quienes ahora cuestionan el tratamiento preferencial de larga data otorgado al sector bancario de la ciudad.
Aunque los funcionarios de Hong Kong han negado enérgicamente las afirmaciones, llamándolas infundadas y señalando políticas de aplicación estrictas, la gravedad de las acusaciones está sacudiendo la imagen de la ciudad como un bastión de disciplina financiera.
UN MOMENTO CRUCIAL PARA LAS FINANZAS GLOBALES
Esta saga se desarrolla en un momento crucial para los mercados financieros globales. Con la credibilidad de Hong Kong en juego, la ciudad corre el riesgo de perder su posición como puente entre Oriente y Occidente, un papel que ha definido su éxito económico durante décadas. A medida que las acusaciones resuenan, bancos, reguladores y empresas de todo el mundo se ven obligados a replantear su confianza en el ecosistema financiero de Hong Kong.
Lo que suceda a continuación podría redefinir el panorama económico global. ¿Limpiará Hong Kong su imagen y recuperará la confianza del mundo, o es este el comienzo de su caída de la gracia financiera? A medida que aumentan las apuestas, una cosa es clara: el mundo está observando a Hong Kong como nunca antes.