A medida que el sol se acerca a su máximo solar, la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias de Nueva Zelanda (NEMA) está intensificando los preparativos para posibles cortes de energía y comunicaciones causados por tormentas solares extremas. Aunque tales eventos son raros, los expertos advierten que podrían interrumpir las redes eléctricas, los sistemas de satélites, el GPS y las comunicaciones por radio, dejando a partes del país sin electricidad durante hasta 36 horas.
Este enfoque proactivo subraya los crecientes riesgos asociados con el máximo solar, un pico de 11 años en la actividad solar caracterizado por un aumento de las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal (CMEs).
¿Qué Son las Tormentas Solares y Por Qué Son una Preocupación?
Las tormentas solares ocurren cuando el sol emite grandes cantidades de energía y partículas cargadas, como durante las erupciones solares o las CMEs. Estos fenómenos pueden interrumpir el campo magnético de la Tierra, llevando a tormentas geomagnéticas. Mientras que las tormentas menores crean deslumbrantes auroras, los eventos extremos pueden causar estragos en la infraestructura crítica.
El Dr. Malcolm Ingham de la Universidad de Victoria explica que, aunque las auroras son inofensivas, la misma actividad solar puede sobrecargar los transformadores de energía, dañar satélites e interferir con los sistemas de GPS. «Los transformadores no están en estantes», señala Ingham, advirtiendo que el daño generalizado a los transformadores podría tardar meses o años en repararse.
El Plan de Preparación de NEMA
En su plan de respuesta interino a fenómenos meteorológicos espaciales, NEMA describe medidas para mitigar los riesgos de tormentas solares extremas. La agencia ha coordinado con servicios de emergencia, Transpower y organismos internacionales de monitoreo del clima espacial para desarrollar una estrategia que incluye:
- Recepción de Alertas: NEMA monitoreará alertas internacionales para tormentas geomagnéticas que alcancen el nivel 3 o superior.
- Comunicación Pública: Se emplearán métodos alternativos de comunicación si las tormentas solares interrumpen los sistemas tradicionales.
- Medidas Proactivas: Partes de la red eléctrica pueden ser desconectadas de manera preventiva para evitar sobrecalentamientos y daños en el equipo.
El plan se activará cuando un evento significativo sea inminente, con el Ministro de Gestión de Emergencias y Recuperación liderando la respuesta.
Lecciones Aprendidas de Tormentas Recientes
Mayo de 2024 proporcionó una prueba en el mundo real cuando una tormenta solar, una de las más fuertes en décadas, causó interrupciones a nivel mundial. Mientras Nueva Zelanda evitó cortes importantes, las aerolíneas redirigieron vuelos debido a interrupciones en el GPS, y partes de la red nacional fueron desconectadas temporalmente como medida de precaución.
El jefe de operaciones de la red de Transpower, Matt Copland, enfatizó la importancia de tales medidas proactivas. «Hemos estado preparándonos desde 2010», dijo Copland. «Apagar partes del sistema puede minimizar daños y permitirnos restaurar la energía rápidamente.»
Daños Potenciales y Costos
El impacto financiero y social de una tormenta solar extrema podría ser inmenso. Investigaciones en EE. UU. estiman que los daños de una tormenta solar a gran escala podrían costar hasta $2.7 billones a nivel mundial. En Nueva Zelanda, los funcionarios estiman un riesgo anualizado de $1 billón.
Más allá de los costos inmediatos, los efectos a largo plazo incluyen el reemplazo de infraestructura crítica, interrupciones en negocios que dependen de GPS y comunicaciones, y un aumento en la demanda de piezas de repuesto a nivel global.
¿Qué Sigue?
A medida que el máximo solar se intensifica, los científicos y funcionarios están monitoreando de cerca el sol en busca de signos de actividad elevada. Con solo un día de advertencia para eventos extremos, el enfoque sigue siendo la preparación y la resiliencia.
NEMA planea actualizar su plan de respuesta a fenómenos meteorológicos espaciales en las próximas semanas, incorporando lecciones de eventos recientes y refinando estrategias para proteger la infraestructura crítica de Nueva Zelanda.