Subir de categoría en el motociclismo también significa cambiar de motos y de equipos. Los cambios son siempre significativos, requiriendo adaptación en el estilo de conducción y en todo el entorno, un proceso que puede variar en duración dependiendo del piloto.
Dennis Foggia pasó por este proceso el año pasado cuando se trasladó de Moto3 a Moto2 con poco éxito. En una entrevista con Corse di Moto, reveló que es un cambio muy exigente:
– Moto3 es una categoría muy difícil, donde si puedes marcar la diferencia, ya eres muy bueno, muy fuerte. El problema es cuando subes a la siguiente categoría, hay un gran salto en términos de moto, diámetro de neumáticos y potencia. Todo cambia: el estilo de conducción, el enfoque a la carrera, todo. Sí, tenemos 20 carreras, pero una clasificación y los entrenamientos libres son como una clasificación porque tienes que estar en el 14º, así que no tienes tiempo para ajustar la moto, para hacer nada. Llegas al final del año y apenas estás comenzando a aprender.
Desde el punto de vista del piloto del Italtrans Racing Team, en realidad es más fácil hacer el salto de Moto2 a MotoGP, explicando: ‘La transición de Moto2 a MotoGP es más fácil porque ya estás acostumbrado a una moto grande, a la electrónica, al dispositivo de ajuste de altura. Ahora todo está aquí, así que es menos traumático’.
Curiosamente, en los últimos años ha habido pilotos que no tardaron en tener éxito en MotoGP, como Fabio Quartararo, que tuvo mejores resultados inmediatamente que en Moto2; Joan Mir, quien después de solo un año en Moto2 subió a la clase premier y rápidamente mostró resultados; o Jorge Martín y Pedro Acosta, quienes ambos subieron al podio en sus segundas carreras.