Los Angeles Lakers se encuentran en un estado de limbo mientras luchan por definir sus prioridades bajo el liderazgo del GM Rob Pelinka. Es una batalla entre ganar en el presente o asegurar su futuro.
El cliché de competir ahora mientras se planifica para el futuro se menciona en la NBA, pero parece que nadie está dispuesto a explicar cómo pueden lograr un objetivo tan contradictorio. Los Lakers, con su envejecida superestrella LeBron James y el propenso a lesiones Anthony Davis, afirman que están tratando de hacer ambas cosas, pero los escépticos levantan las cejas.
Hay susurros entre fuentes de la liga que la falta de actividad de los Lakers en el último año refleja dudas internas sobre la capacidad de James y Davis para liderar un equipo ganador de campeonato. Algunos incluso especulan que seleccionar a Bronny James fue más un intento de complacer a LeBron que un movimiento estratégico para el futuro del equipo.
La reciente derrota de los Lakers ante los Denver Nuggets, su 13ª derrota en 14 juegos, destaca sus luchas en la Conferencia Oeste. Aunque tuvieron una breve racha de seis victorias, esta fue abruptamente interrumpida por los Orlando Magic. Si los Lakers quieren ser tomados en serio como contendientes bajo el mando del entrenador JJ Redick, necesitan mejorar su juego.
Realísticamente, ¿cómo puede alguien esperar que la misma plantilla que fue barrida en las Finales de la Conferencia Oeste hace dos temporadas logre resultados diferentes esta vez? La oficina principal puede haber cambiado de entrenadores, pero esperar que un entrenador novato altere completamente la dinámica del equipo es poco realista. Los Lakers, esencialmente, han estado ausentes en tres ventanas de transacciones consecutivas, afirmando que están enfocados en el crecimiento interno y construyendo para el futuro. Pero, ¿realmente lo están?
Su elección de primera ronda del año pasado, Jalen Hood-Schifino, apenas ha visto la cancha y es probable que deje el equipo después de esta temporada debido a la falta de confianza que se le ha mostrado. Maxwell Lewis, una selección de segunda ronda del mismo draft, también ha tenido tiempo de juego limitado y se rumorea que está en el mercado de cambios. Y aunque Bronny James fue una historia cautivadora, su rendimiento en la G-League ha suscitado dudas sobre su preparación para la NBA.
Por otro lado, jugadores como Quincy Olivari y Christian Koloko han mostrado potencial en sus respectivos roles, pero están enterrados en la lista de profundidad y luchan por encontrar una oportunidad con el equipo principal. Los Lakers tienen un historial de pasar por alto a jugadores talentosos dentro de su sistema, como se vio con Scotty Pippen Jr. y Jay Huff, quienes nunca recibieron una oportunidad en el siguiente nivel y terminaron dejando la organización.
La juventud de los Lakers en la plantilla principal es o más vieja de lo esperado o aún necesita un desarrollo significativo. Max Christie, quien recibió un nuevo contrato en el verano, ha visto tiempo de juego inconsistente bajo el anterior entrenador y continúa enfrentando los mismos desafíos esta temporada.
En conclusión, los Lakers están atrapados en un estado de caos y confusión. El plan secreto de Rob Pelinka para destronar a LeBron James y construir para el futuro ha sido expuesto. La inactividad del equipo en el mercado de cambios y las decisiones cuestionables respecto al talento joven han suscitado dudas sobre su capacidad para competir ahora y en el futuro. Los Lakers deben decidir rápidamente su identidad y prioridades si quieren evitar más turbulencias.