Los compañeros de equipo de Cristiano Ronaldo en el Manchester United sabían que iba a suceder, pero cuando el superestrella declaró abiertamente su deseo de dejar Old Trafford durante un entrenamiento, aún los tomó por sorpresa. En 2009, la mirada de Ronaldo estaba firmemente fijada en el Real Madrid, un movimiento que redefiniría su carrera y rompería récords de transferencias.
Un Secreto Abierto Entre Compañeros
Nani, compatriota de Ronaldo y amigo cercano en el Manchester United, reflexionó recientemente sobre cómo el ganador del Balón de Oro en cinco ocasiones compartió sus intenciones con el equipo. “Algunos días, nos decía: ‘He estado aquí seis o siete años; creo que es suficiente para mí,’” reveló Nani. Aunque los comentarios de Ronaldo eran casuales al principio, llevaban una seriedad que eventualmente conduciría a su entonces récord mundial de transferencia de £80 millones al Real Madrid.
A pesar de que los rumores crecían, la voluntad de hierro de Sir Alex Ferguson retrasó lo inevitable. El manager del United resistió célebremente las insinuaciones del Real Madrid en 2008, insistiendo en que Ronaldo se quedara otra temporada. “Preferiría dispararte que venderte a ese tipo ahora,” le dijo una vez Ferguson a la estrella, refiriéndose al entonces presidente del Real Madrid, Ramón Calderón.
El Movimiento Que Shockeó al Fútbol
Después de una campaña estelar en 2008/09, Ferguson cedió, y Ronaldo se convirtió en un Galáctico en el verano de 2009. El histórico acuerdo del Real Madrid no solo señalaba un cambio de guardia en el Manchester United, sino que también establecía a Ronaldo como la cara de una nueva era en el Bernabéu.
A pesar del desconsuelo para los aficionados del United, el traspaso de Ronaldo marcó el comienzo de un período de dominio que consolidó su lugar entre los más grandes de todos los tiempos.
Un Legado que Perdura
Mirando hacia atrás, la franca admisión de Ronaldo de querer irse habla volúmenes sobre su ambición y transparencia. Para el Manchester United, fue el final de un capítulo inolvidable, pero para Ronaldo, fue el amanecer de una nueva era deslumbrante.