En un emocionante giro de eventos en el Gran Premio de Austria, George Russell y Mercedes emergieron como los ganadores tras una dramática colisión entre Max Verstappen y Lando Norris. Verstappen dominó la carrera, construyendo una ventaja significativa sobre Norris. Sin embargo, las dificultades de Verstappen con los neumáticos duros y una parada en boxes lenta permitieron a Norris cerrar la brecha. Los dos pilotos se involucraron en una feroz batalla, con Norris superando brevemente a Verstappen pero perdiendo la posición debido a una violación de los límites de pista. Al final, la colisión entre los dos resultó en pinchazos y daños en sus coches. Norris se retiró, mientras que Verstappen terminó quinto tras recibir una penalización. Russell, quien fue consistentemente fuerte durante toda la carrera, capitalizó el incidente y aseguró una victoria bien merecida.
Mientras tanto, el compañero de Norris, Oscar Piastri, tuvo una gran actuación pero fue obstaculizado por una controvertida penalización por exceder los límites de pista en la clasificación. A pesar de comenzar séptimo en la parrilla, Piastri mostró habilidades impresionantes al destacarse en el grupo, superando a varios competidores, incluidos Hamilton y Sainz. Terminó a solo 1.9 segundos detrás de Russell, destacando su potencial.
Carlos Sainz aseguró un lugar en el podio, mientras que Hamilton tuvo una carrera decepcionante, terminando en cuarto lugar. El equipo Haas también tuvo una actuación destacada, con Nico Hulkenberg y Kevin Magnussen anotando puntos. Su éxito se atribuyó a paradas en boxes tempranas y una gestión efectiva de los neumáticos. Por otro lado, Pérez enfrentó desafíos debido a los daños sufridos en un incidente con Piastri y Leclerc en la primera vuelta. Leclerc solo logró terminar en el 11º lugar, mientras que Ricciardo y Gasly completaron las posiciones de puntuación.
En general, el Gran Premio de Austria proporcionó un espectáculo emocionante, con giros y vueltas inesperadas que finalmente llevaron a George Russell y Mercedes a celebrar una victoria largamente esperada.