Max Verstappen expresó su frustración después de ganar el Gran Premio de Austria, pero no sin enfrentar dificultades y una colisión controvertida con Lando Norris. Sin embargo, la frustración de Verstappen estaba principalmente dirigida hacia su propio equipo de Fórmula 1, Red Bull, y no hacia Norris. Mientras Norris criticaba a Verstappen por su conducción durante la batalla, Verstappen estaba más preocupado por cómo su carrera se había salido de control. Criticó la estrategia de su equipo y las desastrosas paradas en boxes que le costaron tiempo valioso. Verstappen admitió que todo salió mal y que estaba quejándose de los neumáticos y de la mala ejecución de las paradas en boxes. A pesar de la colisión con Norris, la frustración de Verstappen se había estado acumulando a lo largo de la carrera. Estaba desconcertado por su falta de ritmo en la última parte y se preguntaba si había algo mal con su coche. Aunque Norris sugirió que Verstappen debería asumir la responsabilidad por la colisión, Verstappen creía que el momento de la discusión llegaría más tarde. Reconoció que los accidentes pueden ocurrir en intensas batallas por la victoria y expresó su irritación mientras también reconocía la frustración de Norris.