A medida que Victoria’s Secret intenta un resurgimiento llamativo de su icónico desfile en Nueva York, un nuevo libro descubre historias oscuras detrás del antiguo brillo de la marca. Desde prohibir a Donald Trump participar en una sesión de fotos semi-desnudo en 1993 debido a su “reputación” con las modelos, hasta los inquietantes vínculos con Jeffrey Epstein, Vender Sexy: Victoria’s Secret y el Desenredo de un Ícono Americano revela las controversias que llevaron al desmoronamiento de la compañía.
El libro detalla cómo, a pesar de las conexiones comerciales de Trump, fue prohibido de una sesión de fotos en Mar-a-Lago con la modelo holandesa Frederique van der Wal, una restricción que, según se informa, se debió a su supuesto patrón de comportamiento inapropiado alrededor de las modelos. Trump, una vez propietario del certamen de Miss USA, ha reconocido anteriormente haber entrado en los vestuarios de las concursantes sin aviso previo.
Aún más dañino, el libro expone los vínculos de la marca con Jeffrey Epstein, quien ejercía una influencia inusual sobre el fundador de Victoria’s Secret, Les Wexner. Wexner otorgó a Epstein un control financiero amplio a principios de los años 90, incluso le dio poder notarial, un movimiento que desconcertó a los insiders.
Más allá de sus conexiones de alto perfil, Victoria’s Secret enfrentó crisis internas, incluidas acusaciones de desprecio hacia personas con sobrepeso y acoso por parte del ex Director de Marketing, Ed Razek, quien supuestamente avergonzó a las modelos y bloqueó a modelos de tallas grandes y transgénero de la pasarela. En un incidente, Razek detuvo a un empleado en un buffet, preguntando, según se informa, “¿Realmente vas a conseguir más comida?”
Ahora distanciándose del liderazgo del pasado, Victoria’s Secret se ha separado de L Brands, Wexner y Razek, con este reinicio que tiene como objetivo “reflejar quiénes somos hoy”. Con estrellas como Cher y Gigi Hadid, el espectáculo renovado busca abrazar la diversidad y la inclusividad. Pero a medida que la marca intenta un regreso, enfrenta una pregunta desafiante: ¿Puede Victoria’s Secret dejar atrás sus escándalos y restablecerse como una marca icónica americana, o es este reinicio demasiado poco, demasiado tarde?