El General de Brigada Esmail Qaani, la figura militar más importante de Irán y jefe de la élite Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, ha reaparecido en público después de semanas de ausencia que desataron intensos rumores. Supuestamente, Qaani fue objeto de un duro interrogatorio por parte de su propio Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) en medio de sospechas de espionaje, tras los recientes ataques aéreos israelíes que eliminaron a altos líderes de Hezbollah, incluido el supuesto líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah. Informes no verificados afirman que Qaani pudo haber sufrido un ataque al corazón durante su detención, lo que añade más sospechas sobre su implicación.
Qaani fue visto asistiendo a un servicio conmemorativo en Karbala, Irak, luciendo visiblemente frágil e incómodo. Imágenes que circulan en las redes sociales lo muestran encorvado, tocándose a menudo la cara y secándose los ojos con un pañuelo. Esta aparición marcó su primera desde principios de octubre, alrededor del momento del segundo ataque aéreo, lo que intensificó la especulación sobre su supuesta traición. A pesar de la confirmación del IRGC de que sigue «vivo y en buena salud», su estado visiblemente debilitado ha hecho poco para calmar los rumores que rodean su supuesta implicación en operaciones de inteligencia israelíes.
Los medios estatales iraníes transmitieron la aparición de Qaani, pero evitaron abordar su reciente ausencia o las acusaciones que lo rodean. Por ahora, su frágil apariencia solo alimenta las preguntas en curso sobre su papel en los recientes ataques israelíes y su lealtad dentro de las filas del poderoso liderazgo militar de Irán.