Después de un fin de semana turbulento y lleno de penalizaciones en la Ciudad de México, el tres veces campeón del mundo Max Verstappen está cambiando su enfoque al Gran Premio de Brasil. La estrella de Red Bull, que terminó en un decepcionante P6 en el Autódromo Hermanos Rodríguez, enfrentó doble reprimenda por sus movimientos agresivos contra Lando Norris de McLaren, lo que resultó en una penalización de 20 segundos que empañó su carrera.
Partiendo desde P2, Verstappen inmediatamente chocó con Norris en un feroz duelo que vio al piloto neerlandés empujar a su rival fuera de la pista en dos ocasiones. Su tenacidad, aunque típica, le salió mal, y las penalizaciones resultaron ser un costoso revés. Ahora, mientras la temporada de F1 llega a su fin, Verstappen está decidido a corregir sus errores y elevar su rendimiento.
“México fue una carrera para olvidar,” admitió Verstappen. “Pero sabemos que podemos hacerlo mejor. El equipo está trabajando duro para entender qué salió mal, así que estamos listos para volver con fuerza en las últimas carreras.” A pesar de sus recientes dificultades, Verstappen sigue al mando del campeonato de pilotos con una ventaja de 47 puntos, pero es muy consciente de que su enfoque necesita recalibración si quiere mantener su dominio.
Críticos, incluido el ex campeón del mundo Damon Hill, han expresado preocupaciones sobre el estilo inflexible de Verstappen. Hill cuestionó la aparente renuencia de Red Bull para responsabilizar a su piloto estrella por su agresión en pista, sugiriendo que el equipo tiene la responsabilidad de controlar a su as.
“Su equipo nunca criticará la forma en que conduce,” comentó Hill. “Públicamente, eso es comprensible, pero en privado, debe ocurrir una conversación. Depende del equipo ayudar a moldear la actitud del piloto.”
Con esta presión en aumento, Verstappen se dirige a Brasil con un objetivo claro: rendir sin penalizaciones. Conocido por su audaz estilo de conducción, el holandés necesitará equilibrar su agresividad con precisión mientras busca la redención en Interlagos. Tanto los aficionados como los críticos estarán observando de cerca para ver si Verstappen puede aprovechar su ventaja competitiva y convertir los contratiempos de México en motivación en Brasil.