Phillips 66 cerrará su refinería de Los Ángeles el próximo año, solo días después de que California aprobara una ley que obliga a las refinerías a acumular combustible para prevenir aumentos de precios. Los expertos advierten que esto probablemente aumentará los precios en su lugar. A pesar de que Phillips 66 afirma que el cierre no está relacionado, los analistas creen que es una respuesta a las regulaciones cada vez más hostiles de California hacia la industria del petróleo.
El gobernador Newsom argumenta que la ley ahorrará dinero a los consumidores, pero California ya tiene los precios de gasolina más altos del país, gracias en parte a las estrictas regulaciones sobre combustibles. Los expertos también destacan cómo la dependencia de California del petróleo extranjero crea riesgos para la seguridad nacional. El cierre es parte de una tendencia, con otras compañías petroleras saliendo del estado, frustradas por leyes punitivas que tratan a la industria como un enemigo.
Phillips 66 continuará operando su planta de combustibles renovables, pero el cierre de la refinería costará cientos de empleos, señalando desafíos más grandes por delante para el sector energético de California.