El presidente iraní Masoud Pezeshkian ha emitido una advertencia contundente a Israel tras los ataques aéreos del sábado que mataron a cuatro soldados iraníes, prometiendo lo que describió como una “respuesta apropiada” al asalto israelí. Los comentarios de Pezeshkian se producen en un momento en que las tensiones entre los dos adversarios de larga data alcanzan un nuevo pico, arriesgando una confrontación más amplia en un Medio Oriente ya volátil.
En declaraciones reportadas por la Agencia de Noticias Mehr, Pezeshkian condenó el ataque pero subrayó el compromiso de Irán con la autodefensa, afirmando: “La República Islámica ha demostrado en los últimos 45 años que nunca retrocederá ante el agresor.” Su declaración, hecha en una reunión del gabinete, reforzó la posición de Irán de que, aunque no busca una guerra abierta, retiene el derecho a defender su soberanía y su pueblo. Advirtió que si los ataques de Israel persisten, el conflicto podría escalar rápidamente más allá de sus límites actuales.
Esta última escalada se desarrolló en las primeras horas del sábado cuando las fuerzas israelíes lanzaron lo que describieron como “ataques precisos” sobre “objetivos militares” dentro de Irán. Las explosiones resonaron en Teherán y otras regiones mientras las acciones de Israel reverberaban a través de la región. La agencia estatal de noticias de Irán, Tasnim, informó que los sistemas de defensa aérea en el centro de Teherán respondieron a lo que llamaron “ataques en aumento”, con las autoridades apresurándose a manejar las consecuencias del asalto de la madrugada. En respuesta a las preocupaciones de seguridad, la Organización de Aviación Civil de Irán suspendió todos los vuelos “hasta nuevo aviso”, subrayando la gravedad de la situación.
Para Israel, estos ataques parecen ser parte de una campaña más amplia para debilitar la infraestructura militar de Irán en medio de la escalada de hostilidades en toda la región. Los funcionarios israelíes han enmarcado estos ataques como medidas defensivas, destinadas a neutralizar posibles amenazas de misiles dirigidas al territorio israelí. El Primer Ministro Benjamin Netanyahu declaró que el ataque “golpeó duro” en el corazón de la producción de misiles y los sistemas de defensa de Irán, con el objetivo de frenar la capacidad de Irán para armar a sus aliados regionales, incluidos Hezbollah y Hamas.
Los ataques aéreos en suelo iraní señalan un giro brusco en la rivalidad entre Israel e Irán, generando preocupaciones sobre una posible conflagración regional. Durante décadas, Irán e Israel han participado en un ciclo de hostilidades encubiertas e indirectas, a menudo luchando a través de grupos proxy en lugar de ataques directos en el territorio del otro. Sin embargo, esta última confrontación apunta a un cambio peligroso hacia ataques más evidentes y a gran escala que podrían intensificar la situación.
La declaración de Pezeshkian resalta el delicado equilibrio de poder en el Medio Oriente, donde Irán, respaldado por aliados regionales, ha ampliado constantemente su influencia. El apoyo de Teherán a Hezbollah en Líbano, al régimen de Assad en Siria y a varias facciones dentro de Irak y Yemen ha alimentado durante mucho tiempo la tensión con Israel, que ve estas alianzas como amenazas directas. En respuesta, Israel ha incrementado sus propias alianzas y apoyo armamentístico en la región, posicionándose para contrarrestar lo que percibe como la creciente influencia de Irán.
La comunidad internacional, ya alarmada por la crisis en escalada en Gaza y la participación de Hezbollah en Líbano, teme que el conflicto pueda salirse de control si Irán decide retaliar directamente. Las Naciones Unidas y otros actores internacionales han hecho repetidos llamados a la moderación, sin embargo, la enemistad arraigada entre Irán e Israel complica las esperanzas de desescalada.
A medida que ambos países se preparan para posibles enfrentamientos adicionales, los analistas advierten que Oriente Medio se está acercando a un punto crítico. La retórica de Irán, combinada con su postura militar, sugiere que cualquier acción futura de Israel podría provocar una respuesta iraní contundente, creando una situación de alto riesgo para la estabilidad regional y global.