En la última saga de rivalidades de la Fórmula 1, el CEO de McLaren, Zak Brown, está intensificando la presión sobre Red Bull Racing, pidiendo declaraciones juradas firmadas por los miembros del equipo para garantizar la transparencia en la controversia en curso sobre el dispositivo de frente. Brown ha acusado a Red Bull de obtener una ventaja competitiva injusta con el dispositivo en su coche RB20, sospechando su uso bajo condiciones de Parc Fermé, una grave violación de las regulaciones.
Brown no está dejando que el asunto pase desapercibido. Está exigiendo que los mecánicos y líderes actuales y anteriores de Red Bull firmen declaraciones juradas confirmando que el dispositivo no fue modificado ilegalmente durante el Parc Fermé, un período en el que los coches están fuera de límites para cualquier cambio mecánico. «Me gustaría ver a la alta dirección, a los antiguos jefes de mecánicos y a los mecánicos actuales firmar una declaración jurada afirmando que nunca lo han utilizado o que no tienen conocimiento de que se haya usado», insistió Brown, dejando claro que no se echará atrás hasta que Red Bull sea investigado a fondo.
A pesar de que las demandas de Brown buscan traer transparencia al deporte, el director del equipo Red Bull, Christian Horner, ha desestimado las acusaciones como «paranoia» y «quejas» de un equipo rival. Horner insiste en que el debate sobre el dispositivo de frente está exagerado y que Red Bull cumple plenamente con las regulaciones de la FIA. Desestimó las afirmaciones de Brown, diciendo que es simplemente una distracción de las propias luchas de McLaren en la pista.
A pesar del desdén de Horner, Brown no está convencido y se mantiene firme en la búsqueda de la verdad. Cree que cualquier modificación del coche de Red Bull durante el Parc Fermé representaría una clara violación de las regulaciones. El director del equipo Ferrari comparte una opinión similar, afirmando que si Red Bull hizo alguna alteración en el coche, sería una violación inconfundible de las reglas.
“Si lo han hecho en el pasado, no hay área gris al respecto. Modificar tu coche en el Parc Fermé es una violación de las regulaciones tan clara como es posible,” enfatizó Brown. Él sigue comprometido a resolver el asunto y asegurarse de que cualquier posible infracción sea abordada en el futuro.
La FIA ya se ha pronunciado, afirmando que no hay evidencia concreta de que Red Bull haya violado alguna regla, y se han implementado nuevas medidas de cumplimiento para prevenir cualquier controversia similar en el futuro. Sin embargo, las sospechas de Brown persisten, especialmente ya que rumores en el pitlane sugieren que el dispositivo bib puede haber sido utilizado de manera inapropiada.
A medida que la tensión aumenta, todas las miradas están puestas en la FIA para garantizar un juego limpio. Mientras tanto, la insistencia de Zak Brown en la transparencia sigue generando debate sobre lo que realmente significa mantener el deporte competitivo y dentro de los límites de la legalidad. Ya sea que Red Bull sea culpable o inocente, esta controversia ha devuelto la atención a la integridad de la Fórmula 1.