El ex CEO de Abercrombie & Fitch, Mike Jeffries, una vez aclamado como el hombre detrás del ascenso de la marca a la dominación de la moda juvenil global, ahora se encuentra en el centro de un escándalo impactante. Las autoridades federales han acusado a Jeffries, de 80 años, junto con su compañero de larga data Matthew Smith, de 61, en una acusación de 16 cargos que los acusa de dirigir una brutal operación internacional de trata de personas con fines sexuales desde 2008 hasta 2015. Ambos hombres fueron arrestados en West Palm Beach, Florida, mientras que un tercer cómplice, Jim Jacobson, fue detenido en Wisconsin.
Según los fiscales, Jeffries y sus co-conspiradores atrajeron a al menos 15 víctimas masculinas a un horrible esquema bajo la pretensión de prometer oportunidades de modelaje y lucrativos impulsos en sus carreras. En su lugar, estos hombres fueron sometidos a un impactante abuso sexual, forzados a participar en actos gráficos, y se les proporcionaron potentes drogas que inducen erecciones, independientemente de su orientación sexual. Algunas víctimas eran hombres heterosexuales coaccionados a realizar actos homosexuales, lo que añade a la naturaleza desgarradora de los crímenes.
Las víctimas, identificadas en documentos judiciales como John Does, describieron cómo Jeffries y Smith organizaron elaboradas fiestas sexuales alrededor del mundo, incluyendo en la ciudad de Nueva York, Francia, Italia y Marruecos. Estas reuniones estaban disfrazadas como eventos de alto perfil donde supuestamente se les administraban relajantes musculares, Viagra y poppers alucinógenos. Los documentos federales revelan que estas reuniones requerían que los participantes entregaran su ropa, teléfonos y cualquier sentido de control personal, todo mientras eran sometidos a abuso físico y psicológico.
Una víctima relató cómo los hombres fueron forzados a situaciones humillantes, incluyendo el afeitado de sus genitales y la realización de procedimientos invasivos como «enemas de alta presión» administrados con una manguera. Otro reveló el dolor físico causado por inyecciones de un medicamento para la erección de grado de prescripción, que los dejó incapacitados durante horas.
Jacobson, el supuesto intermediario, supuestamente llevó a cabo «audiciones» pagando a las víctimas por sexo para evaluar su idoneidad para las fiestas. La acusación también afirma que Jacobson usó varios alias, incluyendo “Jim Jake” y “Mrs. Cook”, y fue fundamental en asegurar víctimas para Jeffries y Smith, prometiéndoles un éxito incalculable a cambio de su silencio y conformidad.
Los fiscales han presentado un caso extenso, respaldado por el testimonio de múltiples víctimas, registros de viajes, documentos financieros y otras formas de evidencia. Esto incluye documentos que muestran que Jeffries utilizó una entidad privada conocida como la Oficina Familiar Jeffries para financiar sus actividades ilegales y controlar el acceso a las fiestas sexuales. Los investigadores también encontraron que cuando las víctimas intentaron exponer la verdad, Jeffries y Smith supuestamente contrataron un equipo de seguridad para monitorearlas e intimidarlas para que guardaran silencio.
El escándalo ha sacudido el mundo de la moda, particularmente porque Abercrombie & Fitch ya había enfrentado un intenso escrutinio sobre su imagen de marca durante el controvertido mandato de Jeffries. Conocida por su marketing hipersexualizado y su base de clientes exclusiva, la compañía ha sido durante mucho tiempo objeto de críticas. Sin embargo, estas nuevas alegaciones arrojan una sombra aún más oscura sobre el legado de Jeffries.
Barrett Pall, un exmodelo, ya ha salido a la luz, describiendo cómo se sintió presionado para asistir a un evento en los Hamptons en 2011 que rápidamente se tornó siniestro. Se espera que más testigos testifiquen a medida que la investigación se profundiza, y los fiscales advierten que incluso más víctimas pueden presentarse.
El fiscal de EE. UU. Breon Peace enfatizó la gravedad del caso en una conferencia de prensa: «Este caso sirve como una advertencia para cualquiera que piense que puede explotar a individuos vulnerables utilizando su poder. Explotar a seres humanos para sexo es un crimen—uno que será perseguido en toda su extensión.»
Jeffries, Smith y Jacobson están programados para comparecer ante el tribunal esta semana. Si son condenados, cada uno podría enfrentar hasta 10 años de prisión. Mientras Abercrombie & Fitch se ha distanciado de Jeffries, afirmando que no se utilizaron recursos de la empresa en los supuestos crímenes, el mundo de la moda está repleto de las perturbadoras revelaciones que rodean a uno de sus antiguos íconos.
Jeffries, quien dirigió Abercrombie desde 1992 hasta 2014, no es ajeno a la controversia. Su mandato estuvo marcado por la exclusividad, el elitismo y la objetificación—valores que ahora pueden formar parte de la narrativa más amplia tras estas serias acusaciones.