La huelga laboral en Boeing ha escalado, con los mecánicos rechazando un nuevo acuerdo salarial que incluía un aumento del 35% en cuatro años y un bono de firma de $7,000. El miércoles, el 64% de los 33,000 mecánicos de Boeing votaron a favor de continuar la huelga, que ya ha detenido la producción durante más de cinco semanas, afectando a modelos de aeronaves clave como el 737 MAX y el 777.
Los trabajadores exigen un aumento salarial del 40% y la reinstauración de las pensiones eliminadas en un acuerdo de 2014. «Hemos pasado por suficiente», declaró el negociador sindical Jon Holden, señalando profundas frustraciones. Con la huelga costando a Boeing $1 mil millones mensuales y las pérdidas financieras acumulándose, la presión sobre el CEO Kelly Ortberg, quien asumió en agosto, está aumentando. Los problemas de Boeing van más allá de la mano de obra, ya que la cadena de suministro aeroespacial, golpeada por la pandemia, también está al borde, con proveedores como Spirit AeroSystems advirtiendo sobre posibles despidos si la huelga continúa en noviembre.
A pesar de que algunos trabajadores quieren regresar, la mayoría se mantiene firme. «Tenemos mejores argumentos que Boeing», declaró un trabajador. Sin una resolución a la vista, esta batalla entre Boeing y sus mecánicos se perfila como un momento definitorio para el futuro de la compañía.