Las tácticas de defensa implacables de Max Verstappen en el Gran Premio de Estados Unidos han vuelto a encender la controversia en el mundo de la F1, con pilotos y directores de equipo cuestionando tanto su estilo de conducción agresivo como las sanciones inconsistentes de la FIA. El enfoque del actual campeón del mundo fue criticado tras su choque en la vuelta 52 con su rival por el título, Lando Norris, que obligó a Norris a salir de la pista mientras Verstappen defendía su posición. Los comisarios sancionaron a Norris por el incidente, lo que provocó la indignación de los aficionados, comentaristas y la dirección de McLaren.
Charles Leclerc de Ferrari, un rival experimentado de Verstappen desde sus días en el karting, fue sincero en su evaluación. “Max siempre ha estado al límite de las regulaciones,” admitió Leclerc en la conferencia de prensa del Gran Premio de Ciudad de México. “Pero eso es lo que hace emocionante competir con Max. Nunca te dejará espacio, y siempre está al borde. A veces se pasa un poco, pero esas luchas intensas son lo que hacen que la F1 sea emocionante.”
Los dobles estándares en las decisiones de sanciones en Austin levantaron cejas, ya que los comisarios sancionaron a Norris pero dejaron a Verstappen sin castigo en situaciones similares, lo que provocó críticas a la supervisión de la FIA. La sanción a George Russell por empujar a un rival fuera mientras se mantenía dentro de los límites de la pista destacó aún más las inconsistencias, llevando a Andrea Stella y Zak Brown de McLaren a desafiar abiertamente la equidad de los comisarios. El jefe de Mercedes, Toto Wolff, incluso sugirió un posible favoritismo en la arbitraje, instando a la FIA a abordar las preocupaciones sobre el sesgo.
Leclerc se unió al coro de quienes piden pautas más claras, comentando: “Hubo decisiones en Austin que necesitamos discutir con la FIA. Algunas sanciones parecieron demasiado severas, especialmente el incidente de Oscar [Piastri] el sábado, que, para mí, no merecía una.” Leclerc subrayó la necesidad de alineación entre los pilotos, los equipos y los oficiales para evitar ambigüedad sobre lo que constituye una carrera justa.
A medida que la F1 se dirige a la Ciudad de México, el llamado a reglas estandarizadas y transparentes es más fuerte que nunca. Los pilotos y equipos buscan claridad y consistencia, para que las batallas sigan siendo intensas en la pista sin generar dudas sobre la arbitraje. En una temporada de campeonato que continúa intensificándose, el escrutinio sobre la ética y las regulaciones de las carreras podría, en última instancia, definir cómo se recordará a futuros campeones como Verstappen y Norris en los anales de la historia de la Fórmula 1.