En una respuesta audaz a las crecientes amenazas globales, Estados Unidos ha lanzado su primera Estrategia Nacional de Seguridad en IA, destinada a aprovechar la inteligencia artificial para contrarrestar adversarios como China. El amplio memorando, anunciado el jueves, instruye al Pentágono y a las agencias de inteligencia a adoptar rápidamente la IA en funciones de seguridad nacional—que van desde la ciberseguridad hasta la contrainteligencia—mientras se enfatizan salvaguardias para proteger las libertades civiles.
“Esta es la primera estrategia de nuestra nación para aprovechar la IA en pro de la seguridad nacional,” dijo el Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan en la Universidad Nacional de Defensa en Washington. «Debemos desplegar la IA más rápido y de manera más efectiva que nuestros rivales si queremos evitar una ‘sorpresa estratégica’.” Sullivan subrayó la urgencia de mantenerse adelante, señalando que los competidores de EE. UU., particularmente China, están persiguiendo agresivamente la IA para modernizar sus capacidades militares y de inteligencia.
El Memorando de Seguridad Nacional se basa en la orden ejecutiva del presidente Joe Biden del año pasado, que estableció nuevos estándares de seguridad para la IA y exigió transparencia de los desarrolladores sobre las pruebas de seguridad. El nuevo marco de IA ofrece orientación a las agencias gubernamentales sobre el uso responsable y efectivo de la IA, abordando tanto aplicaciones de IA clasificadas como orientadas al público.
Un alto funcionario de la administración destacó que las agencias de seguridad de América tendrán acceso a sistemas de IA de primer nivel, lo que permitirá una adopción rápida que mantenga la ventaja competitiva de EE. UU. en tecnologías militares y de inteligencia. “Nuestro objetivo es superar a nuestros adversarios, y estamos enfocados en un despliegue rápido pero responsable,” explicó el funcionario, enfatizando un enfoque robusto para adquirir las tecnologías de IA más avanzadas.
No obstante, los defensores de las libertades civiles están pidiendo rendición de cuentas. Samir Jain del Centro para la Democracia y la Tecnología enfatizó que “la supervisión democrática es crítica”, instando a la Casa Blanca y al Congreso a garantizar que el uso de la IA respete las libertades civiles. Los grupos de la sociedad civil han solicitado medidas de transparencia claras para mitigar los riesgos de mal uso, señalando que, aunque cierta secretividad es justificada, las agencias de seguridad nacional no pueden autorregularse de manera efectiva sin supervisión.
Con esta iniciativa, la administración Biden tiene como objetivo posicionar a los Estados Unidos a la vanguardia de una carrera armamentista global de IA. Mientras los funcionarios estadounidenses y aliados acogen esta postura avanzada de IA, el movimiento señala el inicio de una nueva era en la seguridad internacional donde la dominación tecnológica puede moldear el equilibrio del poder global. Como señaló Sullivan, “los riesgos son altos, y estamos decididos a liderar.” La estrategia subraya una pregunta crucial: ¿este salto en IA traerá un mundo más seguro, o provocará una carrera armamentista tecnológica sin precedentes?