En una afirmación audaz, el expresidente Donald Trump sostiene que su retórica fuerte y su postura impredecible habrían hecho que Vladimir Putin pensara dos veces antes de invadir Ucrania. Según Trump, una vez advirtió a Putin directamente sobre severas repercusiones, incluso diciendo que “haría volar Moscú” si Rusia se atrevía a atacar Ucrania. A diferencia del presidente Joe Biden, cuyo mensaje claro de «sin tropas en el terreno» eliminó la ambigüedad, Trump insiste en que su enfoque mantenía a los adversarios inciertos y disuadía la agresión. Sin embargo, los expertos están divididos: algunos creen que la imprevisibilidad puede ser efectiva, mientras que otros argumentan que la claridad diplomática asegura mejor la paz.
La afirmación de Trump, ya sea teatral o genuina, subraya las profundas divisiones sobre las estrategias de política exterior de EE. UU., con los republicanos a menudo favoreciendo posturas inflexibles y los demócratas optando por una diplomacia calculada. A raíz de la invasión de Rusia, el debate sobre cómo EE. UU. podría haber prevenido la crisis sigue siendo un tema polarizador, ilustrando el complejo equilibrio entre la disuasión y la moderación diplomática.