Álex Rins continuó luchando en el GP de Japón de MotoGP. Después de terminar último por un margen significativo en la ronda anterior, el piloto de Monster Energy Yamaha finalizó en el puesto 16 en Motegi, segundo por la cola entre aquellos que cruzaron la línea de meta.
El español no ocultó su frustración tras darlo todo en un intento de mejorar su rendimiento, lo cual logró alcanzar en parte de la carrera:
– Una carrera realmente dura. No sé qué decir, estoy devastado. Hice todas las vueltas con una frecuencia cardíaca de 190, di lo máximo. Fue muy difícil. La primera parte de la carrera no estuvo mal; comenzamos con la configuración de Austria para ver si podíamos mejorar en la frenada, pudimos tener más contacto en la parte trasera. Y fue más o menos un poco mejor, pude sentir un poco mejor la moto.
Sin embargo, en las últimas diez vueltas, Rins lo encontró mucho más desafiante, como describió: ‘Con diez vueltas por delante, tan pronto como el neumático se desgastó, era casi imposible controlar el derrape, incluso en línea recta – saliendo de la curva 9, curva 10, estaba derrapando con la moto recta. No sé qué decir; necesitamos encontrar algo, porque seguro que no es el camino. No estoy feliz con el trabajo que estamos haciendo’.